¿CÓMO CUIDAMOS A NUESTROS MAYORES?
Es un tema al que pocas veces le damos importancia y que, sin embargo, si tenemos la fortuna de seguir con vida vamos a experimentar: adultos mayores o ancianos y entonces necesitaremos cariño, cuidado y atención.
Los adultos mayores son fuentes de ternura y sabiduría, sin embargo muchas veces les hacemos sentir que son estorbos y que están robando oxígeno al mundo. El Papa Francisco hace hincapié en la dignidad que tienen y el cuidado que hay que tener con ellos.
Son una verdadera riqueza para la sociedad y para nuestras vidas por sus experiencias, historias, valores….. muchos tienen la fortuna de tener un tesoro a su lado, un abuelo o a los padres ya mayores.
¿Qué pasa cuando toca convivir con ellos? Que como son lentos, ya no están in en la tecnología y hay que repetirles la misma cosa varias veces, fastidian, se pierde la paciencia con ellos, se les hace sentir inútiles y estorban. Si hablan, u opinan algo, malo porque se les censura, se les llama retrógados o pasados de moda. Y si no hablan,entonces que son unos aburridos ya muy viejecitos. Y con esa actitudes se les va dejando en el rincón del olvido.
Estamos en el siglo del envejecimiento, los hijos disminuyen, los ancianos aumentan y nuestra sociedad nos quiere presentar a estos como un estorbo y a la vejez como una enfermedad de la que hay que huir despavoridamente. Y esto no es verdad.
Los mayores son nuestro gran regalo. Puede ser que su capacidad laboral sea nula, pero posen un bagaje de sabiduría impresionante.
El estar con un anciano no es una pérdida de tiempo, es una inversión inteligente de tiempo. Al que tenga abuelos, que procure gozar de ello. Agradecerles por los padres que dieron.
¿Qué cuidados están recibiendo esas personas gracias a las cuales uno es quién es?
¿Cómo cuidamos a aquellos que durante muchos años protegieron y entregaron todo
su ser, se sacrificaron por uno con tal de darle lo mejor y que fuese feliz?
En algunas ocasiones se les manda a la residencia, depende de las circunstancias,
pero muchas veces no es que falte tiempo para cuidarlos, faltan ganas.
Hay que ser agradecidos, son muy pocos los años que estará, junto a uno, muy poco el tiempo de tenerlos , y los beneficios que se cosecharán de ser buen hijo serán infinitos.
Lo que uno haga con los padres ya ancianos ahora, será lo mismo lo que harán los
hijos con uno. Hay muchos ancianos que mueren de tristeza. Pasan los últimos años en soledad, nadie les visita.
Están deseosos de ser tomados en cuenta, merecen el mejor de los tratos. Están a
poco tiempo de la muerte y este es un tema que les inquieta, del que necesitan
hablar y casi nadie da importancia a esa necesidad.
No permitamos que se les trate como ciudadanos de segunda. Hay que impedir de
querer tomar la famosa muerte digna, que no es otra cosa que la eutanasia, porque se sienten solos y a nadie les importa. Ese anciano que tienes cerca y que quizá cause fastidios alguna vez fue un héroe de alguien a quién enseñó a decir papá.
Antonio
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