DOMINGO 3º DE CUARESMA CICLO B

 



DOMINGO 3º DE CUARESMA CICLO B

Como cristianos nos hemos acostumbrado a ser condescendientes  ante  todas  las opiniones posturas y propuestas vengan de  donde vengan. Con el afán de  no entrar en polémica o enfrentamiento callamos y nos situamos en una posición neutra como si todo cabe y vale. Pero hay cuestiones en las que debemos mostrar un comportamiento rotundo y exigente. Hoy, en el comportamiento  de Jesús tenemos un ejemplo de exigencia y de valentía en el obrar.

 Debemos tomar decisiones  adoptar medidas de las que no debemos renunciar nunca. Se nos exige una actitud de compromiso radical, aunque no sea políticamente correcto como único modelo de mostrar lo que somos y creemos. Ordenar, priorizar, tener claro los valores de los que no debemos renunciar porque no vale  negociar con los valores de Dios. Las cosas de Dios no permiten las medias tintas. Hay que sabe elegir y no ser indecisos a la hora de rechazar lo que no nos deja  amar a Dios y sentir  su presencia entre nosotros. El enfado  de Jesús, en el templo, sirve  para corregir la vivencia confortable  que hacemos de la religión.

Cada uno  de nosotros formamos parte del templo de Dios y es posible que de nuestro interior tengamos también que  arrojar  todo aquello que confunde  nuestra vida de  creyente. Debemos arrojar toda mercancía que nos impida  dar verdadero culto  a Dios. Necesitamos látigos que vuelquen los chiringuitos que tenemos montados a la hora  de vivir la fe, la oración y los  sacramentos.

 Alejar  de nosotros  todo aquello que obstaculice que la gracia llegue  hasta nosotros y nos santifique. Ambiciones, orgullos, autosuficiencia e intereses que se nos pegan  a nuestra manera  de vivir la fe.  Con exigencia y radicalidad tenemos que  expulsarlo. Seamos celosos  de las cosas  de Dios y con valentía quitemos todo aquello que no nos lleve él.

Señor, crea en mí, un corazón celoso por las cosas de Dios de modo que mi vida de oración transforme mi vida entera.

Antonio

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