Castillo, Juan del. Sevilla, c. 1590 – c. 1655. Pintor.
Adoración de los Reyes. Óleo sobre lienzo
Pocas noticias tenemos sobre la la vida de este artista, desconociéndose con precisión las fechas de su nacimiento y de su muerte. Sabemos que en el año 1611 ingresa en la congregación del Santísimo Sacramento y que también profesa de la Compañía de Jesús en Sevilla. En 1615, contrae matrimonio con María Francisca Pérez. En 1630, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Catalina Suárez de Figueroa y en años sucesivos aparece trabajando en colaboración con otros artistas sevillanos, como Juan de Uceda, Pablo Legot y Alonso Cano. Se casò una tercera vez con con Mariana de Morales y hacia 1650 es posible que muriera.
La formación artística de Juan del Castillo hubo de realizarse en el ambiente artístico sevillano de principios del siglo XVII. De esos años sabemos que en Sevilla convivieron dos corrientes estilísticas: el manierismo y naturalismo. No se sabe el nombre del maestro de Castillo, pero sí puede intuirse que debió de formarle en la práctica de una pintura realista.
Se desconoce también el año en que Castillo realizó su examen de maestría aunque si conocemos que trató con Bartolomé Esteban Murillo, siendo esta relación profesional uno de los mayores méritos que actualmente nos ofrece la trayectoria artística de Castillo. También sabemos que Murillo fue primo político de Castillo.
El conjunto pictórico más importante que realizó este artista a lo largo de su vida fue ejecutado en 1636 para el desaparecido retablo de la iglesia del convento de Monte Sión en Sevilla, cuyas obras se encuentran actualmente en el Museo de Bellas Artes de dicha ciudad. En Carmona, población de Sevilla, un gran número de sus obras.
Las pinturas de este retablo están dedicadas a narrar la vida de la Virgen y por ello su lienzo principal estaba dedicado a narrar el episodio de La Asunción; La Visitación, La Anunciación, La Adoración de los Pastores y La adoración de los Reyes, mientras que en el ático se disponía una Coronación de la Virgen, que no se ha conservado.
Esta pintura que vemos hoy de la Adoración de los Reyes, tiene una clara diagonal en su composición: San José, la Virgen con el Niño y uno de los Reyes Magos. En un primer plano se encuentran los tres Reyes, dos de ellos arrodillados mientras que Baltasar permanece de pie, de frente al espectador, ocupando parte del centro de la composición. En sus manos muestran los presentes que serán entregados al Niño recién nacido. Las tres figuras muestran una gran expresividad y también fuerza en su posición en el cuadro. Frente a ellos y sentada en un escalón aparece la Virgen que sostiene al Niño. Detrás de ellos San José los observa. En un segundo plano, hay más personajes, a pie o a caballo que son el acompañamiento de los Reyes al llegar al portal. En el cielo vemos la Estrella en la lado derecho.
Hay un gran detalle en las figuras que se ve en los personajes o en los vestidos ricamente tratados, y un gran colorido.
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