REFLEXIÓN.
DOMINGO 31º TIEMPO
ORDINARIO CICLO A.
“DICEN Y NO HACEN”
El término fariseo ha pasado a ser sinónimo de falso, de no transparentar la verdad porque una cosa es lo que dice y otra muy diferente lo
que hace. De modo que hoy suena a insulto. Jesús en el evangelio critica con
radicalidad a escribas y fariseos a quienes acusa de decir y no hacer. Este
comportamiento destruye la comunidad porque nos descubre incoherentes y, por lo
tanto, falsos. Esto hace que perdamos la
confianza, que dejemos de fiarnos y no
queramos seguir ese comportamiento.
Jesús propone a los
discípulos un comportamiento nuevo, donde el ser y el decir sea uno, donde no se dé disparidad entre el comportamiento y
el pensamiento. No se puede ser fariseo porque si no respetamos a los demás,
nuestras comunidades no estarán vivas, llenas
de amor y fraternidad, sencillas y acogedoras.
Seamos auténticos en
nuestro obrar como seguidores de Dios,
que nadie pueda quejarse de que no somos coherentes. Que nadie nos pueda
reprochar de exhibir nuestra piedad como merecedora del aplauso y la admiración
de los otros. Que nadie pueda pensar que vivimos la fe desde la apariencia y si
compromiso..
No olvidemos que valores como la coherencia, la sencillez, el
servicio y la humildad siguen siendo valiosos a la hora vivir nuestro compromiso de fe. Pidamos por
tanto vivir nuestro cristianismo con responsabilidad, seriedad, verdad y
coherencia para merecer la amistad de
Dios
Comentarios