El paso de Dios por mi vida



EL PASO  DE  DIOS  POR MI  VIDA.

Las  razones de lo que vivo explican el paso  de Dios  por  mi vida. Comprendo el porqué de las cosas que  me pasan. En algunos casos  será necesario mirar hacia  atrás y buscar el paso de Dios  por  mi vida. Entender por qué  pasan las cosas, o para qué. O ver cómo Dios ha sabido sacar algo bueno en medio de mis cruces y heridas. Llegar  a comprender que mi herida es una fuente  de vida, parece un milagro. Es necesario aprender a perdonar las cosas que  me han pasado, a las personas  que me hirieron, Darle el sí a la realidad tal y como es, sé  que no es tan sencillo.

Lo cierto, es que habrá  muchas  cosas para las que no tengo una respuesta. Sólo Dios sabe el porqué  de todo lo que me pasa. Yo intuyo sus caminos, me  acerco a su pecho  para reposar  mi cabeza. Sin entender, sin saber los deseos  de Dios  ocultos detrás  de todo. Lo extraordinario es mucho más que lo ordinario en mi vida. Lo que no veo es mucho más que lo que observo. Las palabras despiertan vida sin saber  cómo lo logran. El Espíritu Santo oculto entre las  letras actúa. No sé cómo pero obra milagros.

Me acerco a las personas sabias para saber qué decidir, qué  camino tomar. Porque estas personas  tienen un corazón muy grande,  muy noble y saben lo que conviene  hacer  en cada caso. Son sabios porque saben elegir la dirección correcta en las encrucijadas del camino. Entienden  que la vida se juega en las decisiones  sencillas de todos los días y son esos paso frágiles los que  me encaminan hacia  ese ideal que persigo. Uno no cambia  de la noche a la mañana, se transforma con el paso  de los días, los  meses, los años.  Es un proceso lento  en el que Dios va guiando mi vida.

Soy un peregrino que echa raíces en la tierra que pisa.  Cuentan los lugares y las  personas que encuentro al caminar. Importan ellos  con sus vidas, sus sueños. No pierdo la  alegría cada vez  que el camino se vuelve  empinado y exigente. No me turbo cuando llega  la tormenta  y el frío congela mi alma. Son dificultades del camino, no olvido la meta, sé hacia dónde camino. A lo lejos Jesús   sigue diciéndome que Él va conmigo, a mi lado,  en mis pasos, en mis manos, en mis  sueños.

Elegir el camino correcto es una decisión de cada día. Seguir las señales, las  flechas que marcan la dirección. Saber hacia dónde    voy aunque no pueda tocar el final de  mis pasos.

Antonio

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