Ascensión del Señor

 

 



DOMINGO 7º DE PASCUA    CICLO A.

 ASCENSIÓN DEL SEÑOR

La  Ascensión del Señor es el primer paso de nuestra ascensión, y un paso seguro, porque lo ha dado Él. Ya tenemos un pie puesto en el cielo. Pero ese primer paso de Jesús hay que seguirlo con nuestros propios pasos, porque  se trata de seguirle, de seguir  sus pasos en esa ascensión personal.

La Ascensión no significa la  ausencia de Jesús de entre nosotros, sino un nuevo modo de presencia. Él continúa  presente “donde dos o más estén reunidos en mi nombre”, en la fracción del pan eucarístico, en la urgencia del hombre  (hambre, enfermedad, cárcel, desnudez….) “pues lo que hicisteis  a uno de estos lo hicisteis conmigo”. Pero ya  no será Él quien multiplique los panes, sino nuestra solidaridad fundamentada en Él. Ya no recorrerá los caminos del mundo para anunciar la buena nueva, sino que hemos  de ser nosotros, sus discípulos, los que hemos  de ir por el mundo anunciando y, sobre todo, viviendo su evangelio.

Desde la Ascensión del Señor, sobre la Iglesia ha caído la responsabilidad de encarnar la presencia y el mensaje  de Cristo. Se le ha  asignado una tarea inmensa, es el principio y fundamento de la misión: ¡que no se note  su ausencia!

Esta fiesta nos invita a levantar nuestros ojos, a mirar al cielo en un intento  de recuperar para nuestra vida la dosis de trascendencia, inyectar en la vida la luz y la esperanza que nos viene de Dios.

La Ascensión del Señor  es un acto de confianza. Cristo  se confía  a nuestras manos, nos entrega  su obra y Él mismo se nos entrega. Pero volverá a ver qué hemos hecho con esa confianza. ¡Vamos a defraudarlo!

El momento actual, en el que las mediaciones  de la fe son cada vez  más escasas y no faltan dificultades para su transmisión, exige poner a la Iglesia, a todos nosotros, en un verdadero estado de misión para llamar  e ir a quienes  se han alejado y fortalecer la fe, es la Iglesia en salida.

Que sepamos vivir esta fiesta celebrando el triunfo definitivo de Cristo, acogiendo con responsabilidad y gratitud la tarea que Él nos confía. Que sepamos elevarnos y elevar nuestro entorno para una convivencia más humana y más  cristiana, que sirva  a los  demás como principio de paz y esperanza.

En este domingo también celebramos la Jornada Mundial  de las  Comunicaciones  Sociales, en la que pedimos  a los gobernantes que velen para que se respeten los derechos e integridad de las personas en el entorno digital y no sean vulnerados para conseguir ventajas políticas y económicas que conviertan al usuario en un mero producto.

También que los comunicadores no perviertan con falsedad el don precioso  de la realidad que nos rodea y sepan transmitir la paz, la verdadera noticia, sin impregnarla de nada que reste la verdad.

Antonio 

 


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