En la Sagrada Biblia, la expresión “el
seno de Abraham” se encuentra sólo en dos versículos del Evangelio de San Lucas(16,22-23). Aparece en la parábola del hombre rico y Lázaro, cuyo lenguaje figurado
claramente se extrae de las representaciones populares del mundo invisible de
los muertos que eran corrientes en la época de Nuestro Señor.
ANDREA DE FIRENZE |
Según las concepciones judías de ese tiempo, las almas de los muertos se reunían en un lugar
de espera general, el Seol de la literatura del Antiguo Testamento, y el Hades de los
escritos del Nuevo
Testamento (cf. Lucas,
16 22, en el griego 16,23). Sin embargo, existía entre ellos una separación
local, según sus actos durante su vida mortal.
BARTOLOMÉ BERMEJO |
En el mundo invisible de los muertos
las almas de los justos ocupaban una morada o compartimiento propio que estaba
claramente separado por un muro o un abismo de la morada o compartimento al que
eran enviadas las almas de los réprobos. Esta última era un lugar de tormentos
habitualmente llamado Gehenna (cf. Mt. 5,29-30; 18,9; Mc. 9,42 ss. en la Vulgata latina)
– la otra, un lugar de felicidad y seguridad conocido bajo los nombres de
“Paraíso” (cf. Lucas, 23,43) y “el seno de Abraham” (Lucas, 16, 22-23).
ALONSO CANO |
Y en concordancia con estas
concepciones judías Nuestro Señor pintó el terrible destino del egoísta hombre rico, y por el
contrario, la gloriosa recompensa
del paciente Lázaro. En la vida futura Dives se encuentra en la Gehenna, condenado
a los más atroces tormentos, mientras que Lázaro fue llevado por los ángeles al “seno de Abraham” donde los justos
muertos compartían el reposo y la felicidad de Abraham, “el padre de los fieles”.
ALBERTO DURERO |
Pero mientras los comentaristas generalmente concuerdan sobre el
significado de la expresión figurada “el seno de Abraham”, como designando la
morada bienaventurada de las almas de los justos después de la muerte, están en
desacuerdo respecto a la forma en que se originó la propia frase. Hasta la
época de Juan Maldonado (1583 d.C), su origen se remontaba a
la costumbre universal de los padres de tomar en sus brazos, o colocar
sobre sus rodillas a sus hijos cuando estaban fatigados, o cuando volvían a
casa, y hacerles acostarse a su lado durante la noche (cf. 2 Sam. 12,3; 1 Rey.
3,20; 17,19; Lc. 11,7ss.), haciéndoles así disfrutar de descanso y seguridad en
el seno de un padre amoroso. De la misma
manera se suponía que actuara Abraham con sus hijos tras las fatigas y
dificultades de la vida presente, de ahí la expresión metafórica “estar en el
seno de Abraham”, significando estar en reposo y felicidad con él.
GHERARDI |
GIOTTO |
Pero según Maldonado (In Lucam, XVI,
22), cuya teoría ha sido desde entonces aceptada por muchos estudiosos, la
metáfora “estar en el seno de Abraham” deriva de la costumbre de reclinarse en
sofás en la mesa de uso general entre los judíos antes y durante la época de Cristo.
Como en un banquete cada invitado se apoyaba sobre su codo izquierdo para dejar
su brazo derecho libre, y como dos o más se ponían en el mismo sofá, la cabeza
de un hombre estaba cerca del pecho del hombre que estaba detrás, y por tanto
se decía que “reposaba en el seno” del otro. También los judíos de antaño
consideraban una señal de especial honor y favor hacia uno el que se le
permitiera recostarse en el seno del dueño de la casa (cf. Jn. 13,23). Y es
mediante esta ilustración como pintaban ellos el mundo futuro. Concebían la
recompensa de los justos muertos como la participación en un banquete dado por
Abraham, “el padre de los fieles” (Cf. Mt. 8,11ss.), y como la recompensa más
elevada el reposar en el “seno de Abraham”.
MAESTRO DE LA OBSERVANCIA |
Desde la venida de Nuestro Señor,
“el seno de Abraham” dejó gradualmente de designar un lugar de felicidad imperfecta, y se convirtió en sinónimo
del propio Cielo. En sus escritos los Padres de la Iglesia con esa expresión denotan a veces la
morada de los justos muertos antes de que fueran admitidos a la Visión Beatífica tras
la muerte del Salvador, a veces el Cielo, en el que los justos de la Nueva Ley
son introducidos inmediatamente tras su fallecimiento.
PACHEN |
Cuando en su liturgia la Iglesia ruega solemnemente que los ángeles transporten el alma de uno de sus
hijos difuntos al “seno de Abraham”, emplea la expresión para designar el Cielo
y su bienaventuranza eterna en compañía de los fieles de ambos Testamentos, y
en particular con Abraham, el padre de todos ellos. Este paso de la expresión
“el seno de Abraham” de un sentido imperfecto y limitado a uno más completo y
superior es muy natural y está en plena armonía con el carácter general del
designio del Nuevo Testamento como complemento y plenitud de la revelación del
Antiguo Testamento.
JUAN DE FLANDES |
Fuente: Gigot, Francis. "The Bosom of Abraham." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01055a.htm>.
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