Domingo de Ramos

 


"Pero si Tito llora tardíamente por los edificios que él mismo había derruido, Jesús lo hace anticipadamente por las almas de los que ahora gritan en torno suyo y mañana le traicionarán, y que son más importantes que todos los edificios de esta ciudad que brilla a sus pies bajo el sol, mientras que quienes le rodean no pueden entender sus lágrimas; no podrían, incluso si las vieran, porque tienen tanto que gritar que ni se enteran de que una sombra de tristeza ha atravesado el alma de ese Mesías a quien ellos ven triunfante y ni se imaginan que será clavado, por ellos, en una cruz".

Vida y Misterio de Jesús de Nazaret

José Luis Martin Descalzo.


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