4º Domingo de Adviento

 



“MIRAD: LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO”

Mateo nos relata todo lo que sucede previo al nacimiento  de Jesús. El plan de Dios  se hace realidad por el “Sí “de María y por la decisión de José de seguir siendo su esposo, porque era un hombre justo. María y José,  cada uno con una misión distinta van a ser los colaboradores necesarios  de Dios.

Las dudas  que  se generan en José son consecuencia de no comprender qué  es lo que está pasando. La confianza  se pone  a prueba al ver  que no es posible encajar lo que José sabe  que es María con lo que está viendo e imaginando en ella. José es el hombre justo que permite que Dios  intervenga  en su vida y para eso le escucha. Si María ha escuchado al arcángel en la  anunciación, José  va  a escuchar al ángel en su sueño. El sueño nos manifiesta la  capacidad de José para estar en relación con Dios.

El “Sí “de María es fundamental para la obra  de la salvación, pero el “Sí” de José hace posible que la maternidad de María se pueda  llevar a cabo en un contexto de normalidad necesaria para que  Jesús pueda “crecer”. Incluso es necesario para que Jesús pueda entroncar con la casa de David.

José es el hombre enamorado, el hombre de las dudad, de la incertidumbre, de la oración, de la confianza y de la certeza. Los miedos desaparecen  por la escucha “no temas acoger a María tu mujer”. La escucha es un medio necesario para superar miedos y generar  confianzas. Este tiempo propicio  a visitas, llamadas  de felicitación, cenas o comidas de amigos y compañeros es tiempo propicio para escuchar   a los demás y para que nos preguntemos si escuchamos el mensaje  de Dios para cada uno  de nosotros en estas celebraciones.

Le pedimos a Dios  que derrame  su gracia en nuestros corazones. La gracia  que se hace realidad en la celebración del sacramento  de la Eucaristía.

Antonio

Comentarios