La mirada de María

 

 


Yo también quisiera poseer María ojos tan lúcidos como los tuyos

para comprender el misterio que te hizo grande para entender

la Palabra que te hace feliz.

Yo también quisiera tener esos ojos para descubrir definitivamente a Jesús

y no perderme ante tantos escaparates de la vida.

Yo también quisiera tener esos ojos para ver y por encima de valles y de montes

y por encima de montes y de valles saber que me espera un horizonte

de Dios con la luz abierta.

¿Cómo conseguir tu mirada? ¿Cómo alcanzar tu vista?

¿Cómo mantener la nitidez de tus ojos?

Solo con la oración, me respondes María, se limpia

tanto los ojos como el alma.

Sólo con la confianza los ojos llegan donde el hombre no atina.

Solo con la obediencia se alcanza  a ver lo que el mundo niega.

Solo con la sencillez los ojos traspasan

lo que la inteligencia dificulta.

Ayúdame María

dame esos ojos grandes para ver a Dios

dame esos ojos limpios para contemplar a Cristo.

Dame esos ojos iluminados por el Espíritu Santo

Y si acaso no puedes sólo te pido

que no me dejes de mirarme.


Antonio

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