IV DOMINGO DE PASCUA CICLO C.


 

 

REFLEXIÓN.

IV DOMINGO  DE PASCUA CICLO C.

Este domingo se  llama:”Domingo  del Buen Pastor” y se celebra en él la Jornada Mundial de  Oración por las Vocaciones. Se debe a que el Evangelio trata  a Jesús como Buen Pastor que da su vida por las ovejas.

¿Quiénes  son las ovejas  de Cristo? Somos  nosotros. Cada uno de nosotros y todos  juntos. Por eso, cada uno podemos decir sin faltar a la verdad que Jesucristo ha dado la vida por  nosotros. ¡No hay nadie  que haya  hecho tanto!. Tampoco hay nadie  que nos ame tanto, que cuide tanto de nosotros, que le importemos tanto como le importamos.

Eso nos debe llenar  de agradecimiento y de confianza, así como de deseos de conocerle y amarle cada vez más. ¿Cómo conocer  a Jesús y como amarle cada día más? ¿Dónde y cómo tratar  a Jesús? Hay cinco modos fundamentales: la lectura  diaria  del Evangelio, la participación frecuente en la Eucaristía, la confesión siempre que la necesitemos, los pobres y los enfermos, los  hermanos en la fe.

El papa Francisco se ha referido muchas  veces a la lectura diaria del Evangelio. En él  se encuentra la  vida y enseñanza  de Jesús.

La Eucaristía nos da al mismo Jesús como persona viva. No como una idea. Cuando comulgamos en las debidas disposiciones de alma y cuerpo ese trato se hace íntimo.

La confesión es el mejor  modo  de conocer la misericordia que Jesús tiene  con cada uno  de nosotros. De esa misericordia y perdón nace también la intimidad.

Los pobres, los enfermos, necesitados en toda su variedad son la carne  de Jesús. “Lo que hicisteis  con uno de éstos, conmigo lo hicisteis”

Los  hermanos en la fe: nosotros  formamos el rebaño de Jesús el Buen Pastor. No somos extraños, mucho menos enemigos, somos hermanos y nos hemos de querer y apoyar siempre. Jesús ha querido que haya pastores de carne y hueso que le representen, pues no somos ángeles  sino criaturas con alma y sentidos, y necesitamos ver, tocar, oír, etc. por eso ha querido que otros hombres le  representen. El Papa que  hace  sus veces  en toda la Iglesia, el Obispo que es el pastor  de la diócesis, y los  sacerdotes, que  son los pastores de nuestras parroquias y comunidades.

Pidamos para que todos sean  de verdad buenos pastores y entreguen su vida entera por sus  ovejas. Que no nos falten nunca esos buenos pastores.

Antonio

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