JORNADA POR
LA VIDA 25 DE MARZO DE 2022
La Iglesia que es Madre, nos invita a tener esa valentía creativa en la custodia
y defensa de la vida humana. Hay
que agradecer siempre, a todas aquellas personas que, movidas por su fe o por la solidaridad humana, desde el ámbito
civil o eclesial, con valentía creativa, llevan
a cabo todo tipo de iniciativas para promover la cultura de la vida. Hay que agradecer
a los que acompañan a las mujeres
embarazadas en situación de vulnerabilidad que, de otro modo se verían
abocadas al aborto. También a los que
cuidan con tanto cariño y generosidad a los mayores y a los enfermos terminales, evitando así que
sientan que son una molestia y que se planteen la eutanasia como una salida.
Recordemos que incurable, de hecho, no
es nunca sinónimo de “in-cuidable”.
Profundicemos en los motivos que nos llevan a ser custodios
de la vida, motivos que provienen en muchos
casos, no solo de nuestra fe,
sino también de la evidencia científica.
Todos estamos llamados a instaurar la cultura del cuidado.
Vivamos el compromiso por la vida en nuestro día a día, ofreciendo nuestra ayuda eficaz a los
que atraviesan situaciones de
vulnerabilidad.
Acudamos a la
intercesión de San José, custodio de la
vida y patrón de la buena muerte, y de
Santa María, su Esposa y Madre de Jesucristo, para que nos hagan constructores de la civilización del amor y apóstoles del Evangelio de la Vida.
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