Tu revistes de música a las pájaros,
alimentas con pétalos la piedra;
introduces tu espíritu en mi barro
y me coronas rey de la materia.
Soy lo que tú me has dado, nada es mío,
y me reclamarás al fin los réditos.
Soy lo que con tus dones he crecido
y el ofrecerme a ti será mi mérito.
Deseo que mi vida te prolongué,
que tú habites mi cuerpo en esta tierra,
que en mi voz tu palabra inflame y logre
encender nueva luz en las tinieblas.
Y cuando me recibas en tu reino
me mires a los ojos y sonrías,
compruebes que ya es bueno tu universo
porque tu voluntad está cumplida.
Amen
Margarita R. A. Valdes
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