Nuevo curso

 


ANTE UN NUEVO CURSO.

Como cada mes  de septiembre, decimos  adiós  a las vacaciones y nos preparamos para el comienzo  de un nuevo curso, cargado  de expectativas ante lo que nos va  deparar, con la inquietud  de la novedad, la inseguridad ante los nuevos retos que nos van a llegar, el esfuerzo para afrontar nuevos proyectos, los encuentros, el día  a día.

La evolución de la pandemia condiciona, como no puede ser de otra manera, la vida en los centros  de enseñanza y en nuestra vida de cada día.

Tratar  de mantener a raya el coronavirus en los centros escolares es una tarea compleja, más en unos momentos en los que la velocidad del contagio se ha disparado de nuevo. Sin embargo, retomar la actividad escolar es,  una prioridad irrenunciable. La preocupación, además, alcanza también a los padres del alumno, muchos  de los cuales están preocupados sobre las garantías sanitarias en la actividad docente. El  curso que  comienza, entre todos, intentaremos  que sea lo más normal posible. El esfuerzo por tanto, es tratar de minimizar el efecto  de la pandemia en la vida escolar, normalizarla al máximo. Quedan por delante meses complicados en los que deberán resolverse dudas y situaciones imprevistas, pero  es imprescindible asegurar que la actividad docente continúe, que no se interrumpa. La formación, y no solo académica, de nuestros niños y jóvenes, merece sin lugar a  duda el esfuerzo.

Pero sobre todo, dentro de las circunstancias a las que estamos sujetos, no olvidar las relaciones con las personas, la familia, los amigos. Porque en el fondo lo más importante es nuestra vida, aquello que más valoramos son las personas con las que nos relacionamos.

Reflexionar para descubrir qué hacer y cómo hacerlo, en la actual situación, pues cada uno, puede aportar su grano de arena, todos  debemos sentirnos colaboradores. Tenemos  que darnos cuenta de que normalmente podemos más de lo que creemos, porque contamos con la ayuda de los demás y la fuerza que nos da el Espíritu  del Señor.

La vida de cada persona es un regalo  del cielo, la vida de cada persona merece el máximo respeto. No importa la edad, sólo importa como persona. Cada detalle, cada gesto, cada caricia, cada sonrisa, cada vez que se llega a tiempo  a la vida de los demás, se dignifica  a la persona.

Como consecuencia  de la pandemia, no sólo nos está dejando dolorosas muertes, ha crecido el número  de personas que sufren  física, social, psicológica y espiritualmente, provocando también una grave  crisis económica, con mucha gente sin trabajo,  y social.

Todas las clases sociales se han visto afectadas, en mayor menor medida. En ocasiones incluso en aspectos esenciales  de la vida personal y, lo que es más doloroso en el  proyecto más básico de la organización familiar, incluso hay personas que  se encuentran en situación de necesidad, pero algo les impide manifestarse abiertamente en demanda de ayuda. Por eso a todos nos urge   en seguir el ejemplo de María en las bodas  de Caná. Descubrir las necesidades de otros  allí donde  se encuentren, buscar el remedio y proponerlo, devolviendo la confianza perdida, suscitando nueva esperanza.

Que  de la mano de la Virgen, en las circunstancias que estamos viviendo, caminemos para ayudar al necesitado, al que sufre, al que no tiene trabajo, a tantas personas en soledad y le demos consuelo y esperanza que les lleven por el camino seguro para encontrar la gracia de Dios Padre

Que el Señor, por mediación de María, nos bendiga en este nuevo curso y nos conduzca  en la misión que cada uno tiene encomendada según las circunstancias actuales.


Antonio

Comentarios