REFLEXIÓN.
DOMINGO 15º
TIEMPO ORDINARIO CICLO B.
El evangelio de este
domingo nos sorprende con la propuesta
que hace Jesús a sus discípulos de que evangelicen. Jesús quiere confiar en
sus discípulos, necesita compartir
su tarea y las responsabilidades
para que colaboren en extender el evangelio. Les concede autoridad para la
misión. Pretende educarles en ese aspecto del seguidor de Jesús: ser testigos. Todos los bautizados
estamos llamados a recorrer este camino misionero. Debemos sentirnos enviados
por el mismo Jesús a evangelizar para así continuar su labor profética a lo
largo de todo tiempo y lugar. Dios nos
elige como colaboradores suyos. Tenemos
que comunicar el tesoro de la fe que no
podemos esconder ni guardar.
Jesús nos previene del personalismo, por eso nos dice:
evangelizar de dos en dos. Quiere resaltar el valor del grupo y de la comunidad. No anuncio mi
mensaje, no llevo un evangelio personal sino el del Señor, el de la Salvación que
Cristo nos ha logrado.
Llevar un bastón, pero ni pan, ni alforja, ni dinero. Todos
nuestros recursos quedan reducidos a un
bastón, éste nos sostiene en el camino y
nos permite seguir la marcha. El bastón representa la cruz. En la cruz debemos
apoyarnos para la misión. Predicar la conversión requiere hacerlo con la cruz
en la mano. Y aunque, en ocasiones, los resultados no sean los esperados, la
cruz sabrá mantenernos en la tarea. Y cuando la posibilidad de fracaso se dé,
en la cruz encontraremos la sombra que nos fortalezca.
Antonio
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