DOMINGO 13º DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

DOMINGO 13º  DEL TIEMPO  ORDINARIO  CICLO  B.

Llevamos mucho tiempo ya, en el que evitamos el contacto físico. Debemos mantener la distancia social, evitar los abrazos y los besos, y extremar el no acercarnos para no contagiar ni ser contagiados, las vacunas esperemos que pronto den el efecto deseado  para todos. Echamos en falta el contacto, físico, las caricias, los  saludos, los abrazos.

Vivimos circunstancias especiales y en muchos casos no puede ser  de otra manera y debemos conformarnos con vivir nuestra fe a través  de los medios de comunicación, tele, radio u otros dispositivos telemáticos. A pesar  de ello, los dos relatos de San Marcos nos invitan a  vivir en la realidad y no en la virtualidad. Nos descubren el valor  de lo presencial. La mujer  quiere estar cerca de Jesús y Jesús baja  a la casa de Jairo para resucitar a su hija.  Se nos  recuerda que  nuestra sanación y nuestra curación de corazón va unida a la presencia de Jesús. A pesar del  ruego   de Jairo de que no es necesario ir  a su casa, Jesús se  empeña en bajar porque  quiere acompañar la salvación con su presencia. Todos los sacramentos siguen requiriendo de  lo presencial y de  no conformarnos con lo virtual. La salvación y conversión de nuestras vidas  necesita  de la presencia  de Jesús.

Los  dos relatos nos llevan  a descubrir la fe como la razón que  justifica el buen final. Aquella mujer está  llena de dolores e igualmente llena  de  fe para romper las barreras que le impiden acercarse  a Jesús. Convencida de que  si puede tocar el vestido se curarán  sus hemorragias, nada le impide abrirse paso entre la multitud. Jesús quiere conocerla, verle  la cara, quiere llamarla hija, que sienta su afecto, que se sienta   cercana  a Él como si fuera  de su familia. Igual con la hija  de Jairo, quiere visitarla, Jesús la invita a levantarse, la llama niña, una expresión familiar llena  de afecto y familiaridad.

Esta invitación de Jesús sigue siendo actual para todos nosotros. A todos  nos dirige el Señor el mismo mensaje. Nos pide levantarnos, despertarnos  de tantos sueños que nos quitan la vida, a estar cerca  de Él. Nos compromete a imitar a Jesús tratando  de estar cerca y levantar a los hermanos caídos, darle vida con nuestra presencia, con nuestra compañía y nuestro amor.

Antonio


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