ESPERANZA.
Cuando la
tormenta pase
y se amansen
los caminos
y seamos
sobrevivientes
de un
naufragio colectivo.
Con el
corazón lloroso
y el destino
bendecido
nos
sentiremos dichosos
tan solo por
estar vivos.
Y le daremos
un abrazo
al primer
desconocido
Y alabaremos
la suerte
de conservar
un amigo
Y
entonces recordaremos
todo
aquello que perdimos
y de una vez
aprenderemos
todo lo que
no aprendimos.
Ya no
tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no
tendremos desidia.
Seremos más
compasivos.
Valdrá
más lo que es de todos,
que lo jamás
conseguido.
Seremos más
generosos
y mucho más
comprometidos.
Entenderemos
lo frágil
que
significa estar vivos.
Sudaremos
empatía
por quien
está y por quien se ha ido
Extrañaremos
al viejo
que pedía en
el mercado
que no
supimos su nombre
y siempre
estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era
Dios disfrazado.
Nunca
preguntaste el nombre
porque
estabas apurado.
Y todo será
un milagro
Y todo será
un legado.
Y se
respetará la vida,
la vida
que hemos ganado.
Cuando la
tormenta pase
te pido
Dios, apenado,
que nos
devuelvas mejores
como nos
habías soñado.
Antonio
Comentarios