DOMINGO 4º
DE PASCUA.
En este tiempo pascual, se nos invita a la alegría y la esperanza con la certeza de
la Resurrección de Jesús. En él, Dios
cumple la promesa de cuidar de su pueblo, es el Buen Pastor que da la vida por
su rebaño, Jesucristo da su vida por nosotros y así nos muestra el amor que Dios nos tiene.
El Buen
Pastor conoce sus ovejas, da la vida por ellas y las cuida para que permanezcan
juntas. El cuidado al que se refiere
tiene que ver con el afecto y el amor.
Necesitamos renovar nuestro ánimo para vivir la esperanza, y
poder contagiarla en un tiempo que nos urge
a salir al encuentro de los
demás, de manera especial de los que sufren y lo están pasando mal. El Señor
nos está llamando a conocer y compartir las dificultades de nuestros
semejantes, conocerlos para amarlos, vivir
cerca de ellos para aprender a
quererlos.
Dios elige y llama
para ser presencia de Jesús, el Buen
Pastor. Es el regalo que por amor nos hace Dios de la vocación de la vida
consagrada y al ministerio sacerdotal; un regalo para toda la Iglesia, que
sigue necesitando del cuidado del Buen
Pastor.
Vivimos en un mundo lleno de oportunidades, pero no todos tienen las mismas. Responder a la
llamada de Dios significa poder
discernir la llamada, y tener los medios suficientes que esta llegue a término.
Hay lugares del mundo donde las vocaciones se abren paso con dificultad, en
ocasiones faltan las cosas más imprescindibles para que vayan adelante. Debemos
ofrecer nuestra oración y apoyo para que no se pierda por esta causa ninguna
vocación en los lugares de misión.
Dice el papa Francisco:”Para discernir la propia vocación,
hay que reconocer que esa vocación es la llamada de un amigo: Jesús. A los
amigos, si se les regala algo, se les regala
lo mejor. Y eso mejor no necesariamente es lo más caro o difícil de conseguir, sino lo que uno sabe que al
otro lo alegrará. Un amigo percibe esto con toda claridad que pude visualizar en su imaginación la
sonrisa de su amigo cuando abra su
regalo. Este discernimiento de amistad
es el que propongo a los jóvenes como modelo si buscan encontrar cuál es la
voluntad de Dios para sus vidas”
Pidamos al Señor en esta Jornada por las Vocaciones, para que
crezcan las vocaciones entre nosotros y para que sean muchos los jóvenes que en
tierras de misión le digan sí a la voluntad
de Dios.
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