Adoración de los Pastores



Adoración de los Pastores
Francisco de Rizi , hacia 1668
Museo del Prado

En la obra tienen gran protagonismo los pastores que ocupan gran parte del lienzo, tienen mas expresión y movimiento, que contrasta con la quietud y serenidad de la Sagrada Familia.

María aparece sujetando al Niño con ternura y tranquilidad, vestido rojo (símbolo de la pasión), y azul (representa su divinidad). Al igual que José, aparece nimbada pero con una corona de doce estrellas. José también mira igualmente con expectación y cubierto con unos ropajes bien definidos; a un Niño resplandeciente de Divinidad.

Al igual que en los pastores el estudio y confección de los vestidos es singular pues se llega a ellos más por conocimiento de los colores que por el propio dibujo.

Los pastores miran, uno al cielo, contemplando los ángeles que les han llevado hasta allí; otro mostrando la escena, y el más cercano directamente al Niño sostenido por la Virgen María.

El marco de viejas columnas divide la escena para subrayar el Nacimiento y presentar claramente a Cristo nacido entre los hombres.

Como contraste de personajes, vemos a dos mujeres que parecen estar vestidas al modo de la época del pintor como damas nobles; se encuentran detrás de los pastores, que éstos sí están vestidos pobremente y descalzos.

El perro de la esquina izquierda inferior, como fiel animal de los pastores; parece remarcar esa disposición de los hombres sencillos que han acudido a la llamada del nacimiento de Cristo.

La parte superior está completada por angelotes, entre los que se abre la luz potente del cielo, dando así conexión entre Dios y su Hijo.

Sobre el Pintor:


Francisco de Rizi , pintor español nacido en Madrid en 1614, hijo del también pintor Antonio Rizi, que se forma en el taller de Vicente Carducho.

Esta encuadrado como pintor de la escuela madrileña en la segunda mitad del S.XVII. Barroco 

En su obra se refleja la influencia de Rubens, y que ganando prestigio conseguirá en 1656 ser nombrado pintor del Rey.

Su actividad como pintor religioso en las iglesias y conventos de Madrid y de la comarca es constante. Aparece especialmente ligado a la orden de los Capuchinos, para los que trabaja en Madrid (Expolio de Cristo, para los Capuchinos de la Paciencia de Cristo, 1651, hoy en la Catedral de la Almudena.

Se vincula también con la Catedral de Toledo, para la que pinta en 1653 un gran lienzo con La Fundación de la Catedral por D. Rodrigo Jimenez de Rada, obteniendo el título de Pintor de la Catedral, y encargándose de la decoración de la Capilla de las Reliquias (el ochavo) que llevará a cabo en los años sucesivos en colaboración con Carreño. En 1654 y 1655 pinta en el retablo de la Catedral de Plasencia (Cáceres) y en 1655 hace también el gran retablo de la iglesia de San Pedro del pueblo de Fuente el Saz (Madrid), uno de sus conjuntos más bellos.

Durante su última época colaboró frecuentemente con Juan Carreño de Miranda. Juntos realizan el Auto de fe en la Plaza Mayor de Madrid, en 1683. La obra de estos dos pintores supone el paso definitivo hacia el pleno Barroco; ambos aprovechan la lección de las obras de Rubens que encuentran en las colecciones reales de Madrid; lo que hacen es traspasar el movimiento y el barroquismo de los temas mitológicos a las composiciones religiosas, que se llenan de dinamismo y de color. 

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