2º Domingo de Adviento

 



DOMINGO 2º  DE ADVIENTO CICLO B.

El 2º Domingo  de Adviento está dominado por la figura de Juan el Bautista. Él se define como: ”Voz que clama en el desierto, `preparad el camino al Señor”.

Desierto es una palabra inquietante en  nuestros días. En la superficie terrestre va creciendo a causa  de la desertificación.

Pero existe otro desierto: no fuera, sino dentro  de nosotros, no en las márgenes de nuestras ciudades, sino dentro  de ellas. Es el agostamiento  de las relaciones humanas, la soledad, la indiferencia, el anonimato. El desierto es el lugar donde si gritas nadie  te oye, si experimentas un gran gozo o una gran pena no tienes  a nadie con quien compartir. ¿Y no es esto lo que ocurre a muchos en nuestras ciudades?

Pero desierto aún más peligroso es el que cada uno  de nosotros se lleva dentro. Justamente el corazón puede transformarse en un desierto: árido, apagado, sin afectos, sin esperanza, lleno  de arena. ¿Por qué muchos no logran despegarse del trabajo, apagar el móvil, la radio, la tele.?Tienen miedo de hallarse en el desierto. El hombre rehuye el vacío. Si nos examinamos honestamente, veremos cuántas cosas hace cada uno de nosotros para no encontrarse solo, cara  a cara consigo mismo y con la realidad.

Cuanto más aumentan los medios  de comunicación, más disminuye la verdadera comunicación. El evangelio, habla  de una voz que un día  resonó en el desierto.

 Juan el Bautista anuncia la llegada a la tierra del Mesías, con palabras  sencillas, de alguien que hará florecer el desierto, al que es nuestra salvación.

Como aquellos hombres y mujeres que acudían al Jordán, escuchemos también nosotros el mensaje de Juan.

Pongamos por delante un deseo sincero de Dios, un deseo sincero  de conversión de las cosas que hay en nosotros y que necesitan ser convertidas y así abrirnos a una esperanza fundamental en el mensaje   que Jesús nos trae y que es capaz  de cambiar nuestras  relaciones interpersonales, fundadas la mayoría de las veces en el egoísmo, la vanidad y los pocos deseos de perdón.

¿Cómo quiero salir  de mi desierto? ¿Qué camino en mi vida necesita ser preparado?. Juan el Bautista nos abre los ojos y su denuncia nos hace sentir cosas nuevas.

En este camino de Adviento, le pedimos al Señor que nos de la valentía para esperarlo como se merece, sabiéndole reconocer no donde algunos quieren hacernos creer que  se encuentra, sino donde verdaderamente está, en la gruta de Belén y en el corazón de las personas, se lo pedimos al tiempo que recordamos y pedimos por las personas que  queremos, por el fin de esta pandemia y pedimos también por los que  están solo, los enfermos, por aquellos a los que les faltarán las muestras de cariño tan propias de este tiempo


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