“El que me
ama guardará mi palabra y mi Padre
le amará, y vendremos a él”
Seguimos celebrando la Pascua. El Señor resucitado es el que nos convoca cada
domingo, nos da su Espíritu, quiere
unirnos en la Comunidad Cristiana y nos envía
a difundir su mensaje.
Hemos sido elegidos.
No es un simple eslogan publicitario. Es la razón y el objetivo de nuestra fe
en Jesús. Los cristianos hemos sido elegidos para dar testimonio del amor en
medio de un mundo que vende y compra el amor a
cualquier precio de rebaja y lo convierte en artículo de consumo. En un mundo donde reina el egoísmo,
el odio entre hermanos, las luchas que
destruyen, el hambre que azota a tantas vidas y muchas necesidades. Es
necesario que se anuncie, se haga conocer y se dé testimonio del Evangelio del
Amor.
El papa Francisco nos está marcando el camino y el ritmo de esta nueva evangelización en lo que él
llama “periferias” físicas y
espirituales. Todos sin excepción nos encontramos cada día con algunas de esa periferias y que ellas nos gritan que
les evangelicemos, que les señalemos el camino por el que pasar de la esclavitudes de la droga, el sexo, el
placer a toda costa, etc….. a la libertad y la alegría que trae consigo el
seguimiento a Jesús.
Pidamos al Espíritu
Santo su ayuda para que, cuando el sacerdote nos envíe a nuestra vida ordinaria al decirnos “podéis
ir en paz”, nosotros salgamos dispuestos a
anunciar a los demás lo que hemos vivido y oído en la Eucaristía. Somos
los testigos y enviados del Señor: es la fiesta del relevo
Este domingo es la Pascua del Enfermo en la que le pedimos al Señor, por tantos enfermos
que está dejando esta pandemia y
por los que padecen otra clase de
enfermedad, también por las personas que se preocupan y prestan un servicio por
ellos. Que todas estas acciones se
parezcan más a las que realizaba el
mismo Cristo Jesús a favor de los más débiles y necesitados.
Antonio
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