Porqué andas triste




¿ Por qué andas triste y vives anublado,
el alma en sombra, el aire tan severo?
¿No te basta la sangre de un Cordero
que en tu lugar, por tí, fue degollado?

¿No sabes que en la cruz ya me he entregado
por entero, que estoy, que persevero
pregonando amnistía y desafuero,
cancelando tu deuda y tu pecado?

He bajado al infierno y a la nada.
Descendí hasta las simas del abismo.
He matado a la muerte y rematada.

Tras la vida, la muerte. ¿Tras la muerte?
¿nada? ¿abismo? Te espero. Soy yo. El mismo
Jesús de ayer, hoy, siempre: El Cristo fuerte.

Francisco Contreras

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