Comenzamos nuevo curso



COMENZAMOS UN NUEVO CURSO PARROQUIAL.

Comenzar una vez más las tareas parroquiales nos pide, a mi parecer, tres cosas:
Mirar agradecidos a los que han colaborado o colaboran.
Reflexionar, en un ambiente de oración, sobre el presente.
Programar adecuadamente para dar hoy la respuesta necesaria.
Mirar agradecidos por la labor realizada por quienes han dedicado y dedican tiempo, ilusión y sacrificio a favor de los hermanos y con la fuerza del Espíritu Santo.
Nuestra  Parroquia debe ser una comunidad viva que debe de contar con un número abundante de cristianos que asuman responsabilidades y las realicen con un verdadero espíritu de servicio y en comunión eclesial con los sacerdotes. Esto despierta la gratitud y fortalece, el compromiso cristiano de participar activamente en las tareas, cada uno según sus circunstancias, de la Parroquia.
Reflexionar para descubrir qué hacer y cómo hacerlo, según las necesidades actuales de los feligreses, que como orientación pueden ser:
La evangelización de las personas cercanas y de las alejadas.
Educación cristiana de los niños y jóvenes. Atención a emigrantes, familias, matrimonios, novios, mayores y enfermos, apostolado en estos campos.
Integración y participación de los fieles en la vida eclesial.
El Papa nos llama a la Nueva Evangelización. Evangelizar es la tarea primordial que Cristo encomendó a la Iglesia y para evangelizar hacen falta personas que se integren en la Iglesia, a través de la propia Parroquia, y reciban la necesaria formación.
Programar. La programación parroquial debe tener en cuenta la realidad  parroquial para concretar qué hacer, cómo hacerlo, quien puede y debe hacerlo, qué medios se necesitan, siendo conscientes de  que la Parroquia somos  todos y debemos sentirnos colaboradores necesarios y actores de la vida de la Parroquia, cada uno según sus posibilidades y contando con las ayudas necesarias, especialmente que el Párroco y demás sacerdotes estén abiertos. Tenemos que darnos cuenta de que normalmente podemos más de lo que creemos, porque contamos con la ayuda de los demás y la fuerza que nos da el Espíritu del Señor.
La Parroquia espera y necesita contar con la colaboración de los feligreses para poder realizar todas sus tareas y así poder ofrecer un testimonio de vida cristiana.
Confiemos en la ayuda y la protección de la Santísima Virgen a la que nos encomendamos.

Antonio


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