Ser agradecidos




Los  seres humanos somos personas muy particulares. En nuestra cultura  de hoy, con sus prisas, sus demandas de inmediatez y las tensiones y ansiedades que esta generan, la mayoría somos  propensos  a quejarnos cuando algo va  o sale mal, incluyendo cuando no nos dan un buen servicio o cuando no se nos proveen nuestras demandas en el tiempo que esperamos.
Estas mismas actitudes las  llevamos al ámbito espiritual y vivimos nuestra relación con Dios con expectativas irreales de que Dios tiene  que darnos en nuestra vida personal, marital y familia, las cosas, los cambios y las soluciones que deseamos en el momento y el modo en que las deseamos.
Esta actitud se traduce en que vivamos nuestras vidas en un constante pedirle y reclamarle  a Dios, que no sólo aumenta nuestra angustia, sino que nos nubla la percepción a todas las cosas maravillosas con las que Dios nos bendice cada día de nuestra vida.
Vivir  de esa manera nos lleva muchas veces  sin darnos cuenta ser desagradecidos con Dios en lo cotidiano y por ello muchas veces perdemos  de recibir la gracia que Dios  promete a aquellos que con corazón sincero, manifiestan su gozo en las bendiciones recibidas, expresando a Dios abiertamente su agradecimiento.
Ser agradecidos es una virtud que nos ayuda también a mantener una actitud más positiva en nuestro diario vivir, la cual nos ayudará también a mantener el buen humor y la paciencia que requiere para llegar a tener y mantener una relación conyugal y familiar más  sana y feliz. No en vano el Señor nos invita a ser agradecidos. Él que nos creó y como tal nos conoce, sabe que ser agradecidos nos hace bien y Él lo que quiere es que seamos felices.
Por ello tenemos que hacer  del agradecimiento una parte integral de la vida  personal, conyugal y familiar. Dar gracias por nuestra vida, la de nuestro cónyuge, la  de los hijos, familiares, por la salud, el trabajo, la belleza  de  la creación, la mirada tierna  de nuestra madre y hasta por las pruebas y dificultades que se nos presentan en la vida, las cuales nos llevan a ser cada día personas mejores. Tenemos que promover entre los que nos rodean la virtud del agradecimiento y  que den gracias  y verán cómo ser agradecidos en una gracia de Dios.

Antonio

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