Pensar y razonar





Lo más grande que Dios nos ha dado es la inteligencia, es decir nuestra capacidad de pensar y razonar, que  es lo que nos diferencia de los animales. Pero ese pensar y razonar sólo se nos da como capacidad por lo que tenemos que aprender a hacerlo.
Por eso a nuestros jóvenes a nuestros estudiantes hay que decirles que para conseguirlo no sólo necesitan un  cerebro sano, sino también algo en la cabeza, porque la inteligencia es la capacidad de relacionar y quien tiene la cabeza vacía no puede hacerlo.
El mundo clásico y el medieval siguen estando en la base de nuestra cultura, de la cultura universal actual. En el tiempo están las tres dimensiones de pasado, presente y futuro, pero si queremos vivir bien el presente y preparar el futuro, no podemos darle la espalda al pasado del que hemos recibido un impresionante legado cultural  que hemos de conocer. Para ello el conocimiento de nuestras raíces nos es necesario.
Hoy el desarrollo de las diversas ciencias y las necesidades sociales han hecho que se creen especialidades  de enseñanza e investigación que se fragmentan cada vez más. Pero aunque sea necesaria una especialización, hay que tener una cultura general que nos permita evitar ser uno de esos bárbaros especialistas que sólo saben de una cosa, pero que han perdido toda idea de humanismo, porque desconocen completamente las riquezas de la cultura clásica y de los valores cristianos.
De nuevo a los jóvenes y estudiantes les sugiero que no desprecien el pasado, conocedlo. Así evitarán que no les coman el coco. Leed mucho, y, entre las cosas que leáis, también los periódicos. Lo normal en la adolescencia es que empiecen a interesarse por las páginas deportivas, pero, poco a poco, que se metan en las páginas  de política nacional e internacional. Eso sí, hay que procurar que no todos los libros y periódicos sean de la misma cuerda. La prensa, radio o televisión, generalmente están al servicio de algunos intereses o partidos políticos,  a veces por interesantes no muy limpios, pero otras  por convicción propia. Bueno es enterarse a  quién sirve cada cual, quién es  más sectario y quién más honrado, o al menos enemigo de la verdad y de la honradez. Como dice el evangelio de  San Mateo:”Sed, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16). Seamos por  tanto buenos, pero no tontos, sino inteligentes. Defendamos los derechos humanos, y encontraremos a nuestro lado bastante gente íntegra y honrada.
He empezado hablando del mundo cásico y de la necesidad de conocer el pasado, y he terminado hablando de política. No me arrepiento, porque el ser humano tiene una unidad que le da coherencia. Personalmente me gustaría, que el principio integrador de mi, y de vuestra vida, aquello  que  le da coherencia, sea Jesucristo.
 Antonio

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