Las velas no pueden rezar, pero pueden corear la
plegaria. Nos acompañan de distintas formas a través
de la vida.
Cada vela es un reflejo de esa luz,
que vino de Belén a la oscuridad de nuestro mundo.
Como la luz de la vela alumbra la oscuridad,
ojalá nuestra existencia se alumbre a través de la vida
de Jesús, que es un mensaje para la nuestra.
La vela nos recuerda el bautizo, el inicio de nuestro
camino con Cristo y nuestra llamada a la vida
verdadera, a la vida eterna.
Ojalá conozcáis cada vez mejor el significado
de todos los sentidos que tiene la luz en vuestra vidas.
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