Sonreír no es mostrar tus
dientes, sino tu alma y será aún
más hermosa cuando la utilices frente a
los problemas.
Sonreír es muy fácil, basta con querer hacerlo. Pero qué tal
mantener la sonrisa, eso sí que es
difícil, sobre todo en medio de los momentos caóticos. Sin embargo, es posible.
Una de las claves para
lograrlo es aprender a “aceptar” la vida
y la realidad tal cual es y dejando
fuera esa actitud “ojalatera” que en nada ayuda: “ojalá” todo fuera
distinto; “ojalá” las cosas cambiaran…….
Cuando verdaderamente te plantes en el aquí y en el ahora y te des cuenta de
que tan solo es que estés vivo es una bendición te aseguro que no podrás quitar
esa sonrisa de tu rostro.
Arma de construcción masiva. El impacto de una sonrisa es
impresionante. Nunca menospreciemos su poder ni su enorme valor.
Además, no cuesta nada hacerlo, basta un pequeño acto de
voluntad venido del amor y de la gratitud y un pequeño contacto visual, de
pocos segundos, acompañado de un gesto amable para derretir hasta el corazón
más duro, inyectar esperanza a ese que
la ha perdido o devolver la alegría de vivir a esa persona que hoy le invade la
tristeza y siente deseos de no
seguir adelante, lo digo por
experiencia. Cuántas veces detrás de una
gran sonrisa se esconden dolores y angustias, aún así nunca dejes de sonreír.
Amablemente esfuérzate por hacerlo porque sabes, en cualquier
instante tu maravillosa sonrisa le puede cambiar la vida a alguien, empezando
por la tuya.
Si hoy pasas por alguna enfermedad, por alguna situación o
momentos de esos que te hacen
voltear el cielo y preguntar, por qué a
mí, recuerda hacer de esos eventos un
reto y convierte tu dolor en oración, pero siempre sonriente, aunque no sientas
hacerlo.
No desperdicies ninguno de tus malestares y entrégaselos a Dios. A cada lágrima y a cada segundo de sufrimiento ponle nombre y apellido y
ofrécelos por un fin concreto. Todo aquello noble ofrecido a Dios con actitud
humilde tiene un valor corredentor infinito
a sus ojos y más cuando viene de un corazón jubiloso, puro y sincero que
seguro es el tuyo.
Y esa sonrisa, esa que es muy tuya y que hace magia, cambia
vidas, dondequiera que la portas, nunca la quites de tu rostro y muestra al mundo entero que en
medio del dolor también se puede sonreír.
Antonio
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