¿ Sabes descansar ?




¡Qué difícil es aprender a descansar!. En esto se juega nuestra confianza y nuestro recordar que también somos ovejas y también necesitamos del pastor que nos ayude.
A veces no sabemos descansar. Lo hacemos mal y seguimos más cansados. No tenemos nuestras propias fuentes. Nos abruman el cansancio y la tristeza. Y luego la vida nos pasa factura. Como no descansamos no logramos descansar  a otros porque estamos demasiado cansados. En el cansancio no nos alegramos con la vida. Surge la queja y el dolor. Necesitamos cultivar la alegría por todo lo conquistado.
Alegría  es lo bueno de nuestra vida. Alegría en nuestros pequeños éxitos y logros. Alegría creativa. Aprender a reír y a sonreír. Estar felices con lo que conquistamos, con lo que tenemos, con lo que hemos recibido gratis, con lo que hemos perdido. Y todo con humildad. Sin caer en la vanidad. Alegrándonos de lo que Dios nos regala.
Alegría por  el camino recorrido y alegría por  el camino que nos queda por recorrer. Alegría por la vida que llevamos. Sin pensar tanto en la vida que nos gustaría llevar. Saber que estamos en camino. Poco a poco. Paso  a paso.
Acoger lo que hay y no dejar nunca de soñar con realizar mi camino de santidad. Siempre podemos llegar más alto. Siempre podemos dar más. Siempre podemos ir más hondo.
Son los dos pilares de nuestra vida. Agradecer y soñar. Alegrarnos con lo conquistado y mirar más alto, la siguiente cumbre. Detenernos es retroceder. Lo experimentamos en las cosas más importantes de nuestra vida. Si en el amor no crecemos, decrecemos. Si en nuestra vida religiosa no avanzamos, vamos hacia  atrás.
Por eso es tan importante agradecer por el camino hecho. Y mantener la tensión para seguir avanzando.


Antonio

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