Oracion en el Huerto



Oracion en el Huerto.
Andrea Mantegna (1431 - 1560)
National Galery -Londres



Andrea Mantegna, es uno de los pintores más importantes del Quattrocento italiano. Su admiración por la antigüedad grecolatina, le acercó al estudio anatómico y ello se ve sus pinturas; su idealización de los personajes nos acerca al escultor Donatello, a quién conoció.
De sus viajes a Venecia  se trajo un gusto por el colorido, donde además emparentó con Jacobo Bellini, al casar con su hija. Su fama le llevó a Mantua donde estuvo bajo la protección de Ludovico Gonzaga para el que trabajó gran parte de su vida.
Esta obra que vemos que se encuentra en la National Galery de Londres; tiene fundamentalmente las ideas del pintor en lo que al tratamiento del paisaje y los personajes se refiere.
En la composición se ven varios planos que nos cuentan los diferentes sucesos: La oración de Jesús, el sueño de los apostoles y la llegada de Judas con el gentío para prenderle.
Así, en primer término se encuentran Pedro, Santiago y Juan dormidos (y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Mt 26,40). Los vemos con gran volumen al encontrarlos cerca de nosotros, y en varios posturas (de lado, bocaarriba...) . Fijémonos en sus vestiduras y como los ha colocado para poderlos distinguir uno de otros, sus vestidos y colores.
En un plano superior, encontramos a Cristo, encima de una roca, arrodillado y solo, para destacar esa soledad : ( se apartó de ellos como a un tiro de piedra. Lc 22,41). Vestido de negro y con una orla roja, símbolo de su pasión (nimbado con una cruz en el). Por encima de él, unos ángeles, del que solo el evangelista Lucas hace una mención parecida : un ángel del cielo, lo confortaba. Lc 22,43.
Observar que los ángeles le llevan : una columna, una cruz y una lanza; símbolos de la Pasión también.
A la derecha de la composición y mucho más difuminados por la lejanía, el gentío con soldados y encabezados por Judas, que señala ya a Cristo.  Todavía estaba hablando cuando apareció la turba, iba a la cabeza el llamado Judas, uno de los Doce .  Lc 22,47.
Al  fondo la ciudad de Jerusalén, como si fuese una gran ciudad Imperial.
En primer plano a la derecha un árbol seco, símbolo de la muerte, como lo es el pájaro negro en una de sus ramas. A los pies, unos pequeños pelícanos blancos, nos forman de forma alegórica la entrega de Cristo y su salvación. El pelícano, recordar puede alimentar a sus polluelos de su propia sangre, por lo que desde la antigüedad se emplea en la iconografía cristiana.
A la izquierda de Cristo en el suelo, vemos también una liebre, animal que siempre está atento y que contrasta con el sueño de los apóstoles, indicando que siempre tenemos que estar atentos y despiertos.


Fuente:Magnificat. N 164
María Rodríguez

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