Conmemoración de todos los fieles difuntos




Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo " " Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor". Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello, y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión; antes bien, se renuevan cada mañana: !qué grande es tu fidelidad ! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Libro de las Lamentaciones  3, 17-26

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