¿ Tienes alegre el corazón, hermano,
saltas de gozo, exultas de alegría ?
¿ Pîdes a Dios el pan de cada dia
y a tu odioso rival le das la mano ?
Si hay en tu cuerpo algún deseo insano,
si llenas tu alma de melancolía,
si no luchas por pura cobardía,
o luchando sin fe, luchas en vano...
Olvídate de ráfaga tan negra,
levanta tu mirada a rtas de suelo,
piensa que no has perdido la batalla.
!Arriba el corazón! Tu pecho alegra
y elevando tus ojos hacia el cielo
confía en el Señor. Confía y calla. Amén.
Jose Maria Zandueta
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