Pentecostés de Maino


Pentecostés (1615-1620)
Fray Juan Bautista Maino (1581-1649)
Museo del Prado. Madrid

Pintor nacido en Pastrana (Guadalajara), pasó gran parte de su infancia en Madrid. Su padre era italiano, y en un viaje a este país, Maíno se vió claramente influido por el tratamiento realista de las figuras de Caravaggio. Estuvo en Milán y Roma, cuya estancia está documentada en 1604.
A su vuelta en 1611, recibió un encargo para la iglesia dominica de San Pedro en Toledo, y de cuyo contacto adquirirá una gran espiritualidad, hasta el punto de pedir el ingreso en la orden.
En ese retablo realizará ya un Pentecostés, que le servirá de guía para este que vemos y que realizó para el Convento de los Carmelitas Descalzos en Toledo.

En la composición vemos como figura central a la Virgen María, con un aspecto escultórico debido a los ropajes que la envuelven, con un rostro joven e idealizado. Su presencia no está referida en los Hechos de los apóstoles, en el momento de la llegada del Espíritu; pero la tradición bizantina y occidental siempre la incluyen.
Junto a ella tenemos a Maria Magdalena, de rodillas; y cuya presencia novedosa, solo puede contemplarse teniendo en cuenta el texto del evangelio donde se dice : " en una casa de Jerusalen, perseveraban en la oración con un mismo espíritu, en compañia de algunas mujeres y de María", Hch 1, 13.
El resto de personajes están alrededor de ellas, expresando conmoción al recibir la fuerza del Espíritu. Rostros y  manos son de clara influencia de Caravaggio, y no están nimbados. San Pedro a la derecha de la Virgen, es identificable por llevar la llave en su mano.
Las miradas de los personajes nos llevan a seguirlos hacia arriba, donde pequeñas figuras angelicales, enmarcan la presencia del Espíritu Santo, en forma de paloma, y también con las lenguas de fuego que bajan hacia los apóstoles. La figura de la paloma, está rodeada de un halo que nos habla de la divinidad y del carácter celestial.
Por último indicar que todo se encuentra realizado en un espacio de gran sobriedad sin un fondo que distraiga al espectador, sin importantes claro oscuros, si no que el tratamiento de la luz es gradual y suave.
Maino entró a ser pintor de Felipe III, siendo su obra de gran calidad, aunque otras figuras de su época como Murilo y más tarde, Velázquez, harán que su obra siendo verdaderamente grande, sea empequeñecida por esos otros grandes pintores españoles.

Manuel

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