Bautismo de Cristo


Bautismo de Cristo
Andrea de Verrochio
(1435-1488)
Galería de los Uffizi. Florencia

A.Verrochio , tiene escasas obras pictóricas, pues  fue sobre todo un afamado escultor del Quattrocento italiano montando un taller donde se formaría, por ejemplo, Leonardo da Vinci.
Esta relación la vemos en esta pintura que vemos pues fue completada por Leonardo, empleando la técnica del óleo, en vez de la del temple como hizo su maestro.
De Verrochio es la figura del evangelista claramente escultórica en sus rasgos y rigideces; mientras la de Cristo y los ángeles retocadas por Leonardo, no se recortan tan bruscamente con el fondo. También el paisaje del fondo, es trabajado por Da Vinci, con esas veladuras que consigue gradualmente en el tratamiento de la luz y del ambiente, el sfumato* ; en el que vemos el río Jordan ganando así profundidad. Mientras en primer término la palmera de la izquierda y las rocas de la derecha “enmarcan” la composición.
El Bautismo de Cristo es una de las escenas más representadas de su vida. Está narrado por los cuatro evangelistas; aunque es el de San Lucas el que mayor detalle da para la inspiración de los artistas. Así , Jesús está orando, y sobre Él, la figura del Espíritu Santo, que proviene de Dios ( vemos sus manos en la parte superior, formando geométricamente un triángulo, que fue el primer motivo para la representación de la Santísima Trinidad). Lc 3, 21 – fue bautizado mientras estaba en oración. Y frente a Él; san Juan Evangelista, que con una concha (símbolo grecolatino de vida), con la aspersión bautiza al Señor. San Juan, está identificado también con una filacteria* con la inscripción Ecce Agnus Dei (este es el cordero de Dios).
Al otro lado están los ángeles que sostienen las ropas de Cristo , motivo de influencia bizantina, pues representan a los diáconos que acompañando a los catécumenos, se quedaban con las ropas en el momento de los bautismo.

Sobre el motivo representado decir que sigue fielmente al evangelista Jn 32-34: “He visto al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él. Yo no le conocía, pero el que me envío a bautizar me dijo: Sobre el que veas que desciende el Espíritu y permanece sobre él, ése es quién bautiza en el Espíritu Santo”. 

Fuente: Magnificat.Nº106

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