¿CÓMO ES MI FIDELIDAD?



Muchas veces oigo hablar de fidelidad. Ser fieles hasta la muerte. Ser fieles hasta  la vida eterna. El amor es lo que posibilita que yo esté dispuesto a dar la vida por alguien. Por una persona. Por  Dios.
A veces me cuesta ser fiel. El camino está lleno de renuncias y entregas. De ofrecimiento por amor. Es lo que  me pide Dios. Que sea fiel en mi camino. Que no pierda nunca la esperanza. Que no cambie la ruta marcada. Que no deje de luchar a su lado en medio de la vida. Sea como sea. Sea donde sea. Una fidelidad probada.
No es tan sencillo ser fieles en este mundo que no valora tanto la perseverancia. Cambio de trabajo, de casa, de vida, de compañías. Las amistades eterna, losa amores para siempre, la permanencia constante no se ven como un bien en sí mismos. Depende. Cambiar hace bien, llena el corazón de algo nuevo. Y entonces dejo de ver la fidelidad como un valor.
Hace poco estuve en unas bodas de oro matrimoniales, siempre  que soy invitado  a una de ellas me conmueve. Sé lo difícil que es caminar cada día, cada hora por un mismo camino. Luchar y amar en cada momento como Dios  me invita a hacerlo. Amar siempre, no sólo cuando resulta fácil. No sólo al comienzo cuando todo está  lleno de luz.
Valoro mucho la fidelidad de los mayores. La fidelidad es el amor probado. La fidelidad en una vida que ha pasado por duras pruebas. Yo también quiero ser fiel a los pasos que  he dado. A las vidas que he abrazado. A las huellas que he dejado. Quiero ser fiel en lo pequeño y no en grandes  declaraciones. Fiel en el tiempo, para siempre. Es la gracia que le pido a Dios. Es la gracia que le suplico a María. Que me enseñe  a ser fiel siempre.

Antonio



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