La luna trenza luceros
sobre almohadones de tul:
la Virgen teje sus sueños
con ramilletes de luz.
Los riscos hurgan veneros
y el mar revienta de azul:
sobre unos haces de heno
"Dios con nosotros", Jesús.
Novas, con guiños de jade,
bordan los cielos en flor;
a María dice el ángel:
"Tú eres la Madre de Dios".
Locas trepidan las gentes
en oquedades de horror:
en las pajas de un pesebre,
los pobres ven al Señor.
La noche escancia rocío,
la estepa ríe verdor:
la Virgen besa a su Niño
y nos lo da Salvador.
Gritos, lamentos y ayes,
un mundo roto de furor:
Dios-hombre entre pañales
nos mira lleno de amor.
Los vientos siembran auroras
y el alba riela candor:
María, nuestra Señora,
duerme en sus brazos a Dios.
Podridas ansias mi vida,
en vanidad de ilusión:
dame, Señor, por María
llenar de tí el corazón.
Amén.
Anónimo
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