Sin arrimo y con arrimo



Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo
todo me voy consumiendo.


                     
  Mi alma está desasida
de toda cosa criada,
y sobre sí levantada,
y en una sabrosa vida,
sólo en su Dios arrimada.
Por eso ya se dirá
la cosa que más estimo
que mi alma se ve ya
sin arrimo y con arrimo.


                      
   Y aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal,
no es tan crecido mi mal;
porque, si de luz carezco,
tengo vida celestial;
porque el amor da tal vida,
cuando más ciego va siendo,
que tiene al alma rendida,
sin luz y a oscuras viviendo.


                      
  Hace tal obra el amor,
después que le conocí,
que, si hay bien o mal en mí,
todo lo hace de un sabor,
y al alma transforma en sí;
y así, en su llama sabrosa,
la cual en mí estoy sintiendo,
apriesa, sin quedar cosa,
todo me voy consumiendo. 


SAN JUAN DE LA CRUZ

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