Porque estoy convencido de que eres la mejor
y siento cada día tus cuidados.
Porque llevo conmigo la alegría y el dolor
de tu corazón blanco, inmaculado.
Porque te he conocido tan cercana,
y al Señor le contaste mis penas,
y mi llanto con tus manos secaste.
Porque eres Madre de Dios
y de los que creemos, hoy te canto.
Madre del Redentor,
escúchame, que estoy necesitado
de tu fuerza y tu amor...
escóndeme en tu Corazón, Amén.
Gonzalo Mazarrasa
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