Tentaciones


"Y Satanás, al cabo de los cuarenta días,  llega al desierto para tentar a su enemigo.
La necesidad de llenar todos los días el propio saco es el primer estigma de la servidumbre de la materia, y Jesús quería vencer también a la materia. Cuando está entre los hombres comerá y beberá para hacer compañía a sus amigos, y también porque se debe dar al cuerpo lo que, según ley, le pertenece, y en fin, por visible protesta contra los hipócritas ayunos de los fariseos. Uno de los últimos actos de la misión de Jesús será  una Cena; pero el primero después del bautismo, un ayuno."

"Pero al cabo de cuarenta días tuvo hambre. Satanás esperaba, achatado e invisible, aquel momento, Si la materia quiere materia, le quedaba una esperanza. Y el Adversario habla:

Le pide el pan material y el milagro material y le promete el poder material. Jesús no acepta los desafíos y rehúsa la oferta.
El no es el Mesías carnal y temporal esperado por la plebe judía, el Mesías de la materia, como lo imagina en su bajeza, el Tentador. No ha venido a traer alimento al cuerpo, sino alimento al alma; esa comida es la verdad."

"Tampoco quiere Jesús ser conquistador de reinos terrenos. El reino que anuncia y prepara, apenas si tiene algo de común con los reinos de la tierra. Su reino, el Reino de los Cielos, crece todos los días, con un alma que cambie, porque adquiere un ciudadano arrebatado a los reinos terrestres. Cuando todo el mundo sea bueno y justo; cuando cada cual ame a su hermano como los padres aman a sus hijos; cuando se amen incluso los enemigos, si quedaren todavía enemigos; cuando nadie piense en amontonar tesoros, y, en vez de quitar nada a los demás cada cual de pan al que tenga hambre, y ropas a quién tenga frío, ? donde estarán aquel día los reinos de la tierra ?"

"Jesús ha vencido a Satanás; ahora sale del desierto para vencerlo entre los hombres."

Jesús de Nazaret.
Giovanni Papini

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