Angel Custodio


El ángel custodio (1615)

Domenico Zampieri, más conocido como Domenichino, pintor italiano nacido en Bolonia (1581- 1641); se formará en Roma donde trabajará en el Palacio Farnesio e incluso su reconocimiento como artista llegó hasta su nombramiento como arquitecto papal durante Gregorio XV.
Su obra tiene influencia de rafaelista, que se ve en la idealización de los personajes y en su equilibrio compositivo.

Esta obra que vemos, se encuentra en el Museo Capodimonte, de Nápoles.
El ángel nos señala el cielo, indicando el origen y el destino de su vida. Allí vemos representada la Santísima Trinidad, y su mirada se dirige a ese niño que nos muestra al hombre idealizado como infante, indicando que él, el ángel, es el enviado por Dios para protegerle, desde el nacimiento hasta su muerte.

El ángel lleva en otra mano un gran escudo, y con él, el pintor divide la escena y aparta al mal, al demonio; del niño que el protege. El niño reza con las manos unidas y mira hacia el cielo, encontrándose tranquilo, pues el ángel con sus alas y el escudo lo protege de todo mal.

El demonio se encuentra acechante, y porta un instrumento punzante; se le representa feo, agachado en la parte baja, en contraposición con la figura idealizada del ángel, divino.

La composición se completa con un paisaje que se va difuminando con la distancia; y a la izquierda un sarcófago al modo clásico (guirnaldas, águila, perro), y que se presenta iconografía pagana.

La representación del ángel custodio se generaliza a partir de la Contrarreforma, en contra de los principios negados por Lutero y Calvino; y sobre todo con la fiesta reconocida por el papa Clemente X (S. XVII) en honor del ángel de la guarda.

Fuente: Magnificat nº 110

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