Se nos escapa el año, como cera consumida,
entre lamentos mudos del cirio de la vida.+
Doce meses quedan atrás con sus alegrías y sus penas
Recordamos lo que pudimos hacer y no hicimos,
lo que hicimos y plenificó momentos de grises desidias.
Se fortaleció la esperanza para seguir en lucha,
se calmó el alma con el descanso del buen hacer.
Amanece el resplandor de un Niño Dios entre nosotros:
Dios se encarna en nuestra carne,
para que el hombre participe en la divinidad de Dios.
Santo Tomás Becket, obispo y mártir.
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