Animales en el pesebre adorando a Cristo.



Los primeros que adoraron a Jesús fueron los animales y no los hombres.

Pocos años antes de que naciera Cristo, Octaviano, descendiendo hacia su flota, la víspera de la batalla de Azio, encontró a un asnero con su borriquillo. El animal se llamaba Nicón ( el Victorioso), y después de la batalla, el emperador hizo levantar un asno de bronce en el templo que recordase la victoria.
Reyes y pueblos se habían inclinado hasta entonces antes los bueyes y los asnos. Eran los reyes de la tierra, los pueblos que preferían la materia. Pero Jesús no nacía para reinar sobre la tierra ni amar la materia. Con Él acabará la adoración de la bestia, la debilidad de Aarón, la superstición de Augusto. Los brutos de Jerusalém lo matarán; pero, en tanto, los de Belén lo calientan con su aliento. Cuando Jesús llegue, para la última Pascua, a la ciudad de la Muerte, cabalgará en un asno. Pero Él es profeta más grande que Balaam; ha venido a salvar a todos los hombres y no solo a los hebreros, y no retrocederá en su camino, aunque todos los mulos de Jerusalém rebuznen contra Él.

Jesús de Nazaret. Historia de Cristo
Giovanni Papini

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