Cuando Jesús empezó a enseñar, muchos hombres y mujeres se reunieron en torno a él. A algunos les pidió que abandonaran sus casas por un tiempo y se unieran a él en sus andanzas. Ellos se convirtieron en sus discípulos cercanos. Costase lo que costase, sus discípulos eran lo primero. Con una devoción absoluta asimilaron el sentido de quién era él. Mediante una absorción real en su presencia vislumbraron las experiencias que daba significado a sus acciones y palabras.
La palabra "discípulo" significa literalmente "alumno" o aprendiz. Los discípulos de Jesús siempre estaban cerca de él. Le observaban y escuchaban continuamente y aprendieron de él del modo más experimentado posible.
Jesús les enseñó de formas diferentes. Amaba las escrituras judías y enseño a partir de ellas y su amor dió a las palabras un nuevo significado. Sentía un gran respeto hacia los profetas antiguos, dio energía a sus dichos y vida a sus enseñanzas. Rezó con sus discípulos cuando entraron en el pulso sagrado de la creación. Amaba a sus discípulos y en su amor por ellos se bañaron en un nuevo entendimiento que les llevó a una experiencia más profunda e inmediata del amor divino de Dios.
Jesus
Priya Hemenway
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