Esta obra de Caravaggio, recoge el momento del Evangelio de San Juan 20, 19-31, sobre la incredulidad de Tomas, fue pintada hacia 1602 por encargo de la familia Giustiniani en Roma.
En la actualidad esta en el Museo Neue Palais de Postdam, Alemania. Es un óleo tiene unas dimensiones de 107 x 146 cm.
En el escena se ve el momento culminante de este pasaje, donde Tomás introduce el dedo en el costado de Cristo Resucitado. El no había estado en la primera aparición de Cristo al grupo y no cree lo sucedido y contado por sus amigos a los que dice " si no veo en sus manos la seña de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo".
Cuando Jesús vuelve ocho días más tarde, Tomás si está, y Cristo le dice: " Trae tu dedo, aquí tienes mis manos, trae tu mano y metela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente".
Caravaggio prescinde de todo fondo en la escena, para remarcar a los personajes, no vemos pues nada del espacio interior, ( en el evangelio se nos dice que estaban en una casa con las puertas cerradas por miedo); donde se desarrolla el momento.
Cristo envuelto en el sudario (no es una túnica) y con un color más pálido que los otros personajes (remarca así el autor la resurrección del cuerpo), deja que Tomás introduzca su dedo en la herida del costado ( es más le agarra la mano y la guía a la herida); y es este punto hacía donde se dirigen todas las miradas y es pues el centro de toda la acción.
El pintor nos representa a Cristo de un modo natural y realista, no como triunfador sobre la muerte, sino presentándose a sus discípulos de un modo natural; y estos son también pintados de modo realista, remarcando la acción pues sus miradas se dirigen al dedo y a la herida; sus rostros curtidos, remarcan la intensidad de estos hombre seguidores de Jesús; ropas humildes; y sobre todo este naturalismo tenebrista de Caravaggio, donde lo más notable es marcar los rostros y la acción y dejar lo demás en oscuro, para dar más fuerza al argumento principal.
Manuel
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