Día 31 de Octubre


Dios nos juzga y nos somete a su disciplina porque es un verdadero Padre. Gracias a eso, nos ahorra un poco infierno, no solo para la eternidad, sino para el momento presente. ¿No experimentamos aquí abajo ya un poco ese infierno cuando vivimos con amargura, ira, odio, avaricia y pasión ? Dios quiere, sin embargo, darnos ya en esta vida el cielo con su alegría y esplendor. Dejémonos purificar, apartémonos del pecado y nuestra vida se transformará. El tormento se convertirá en paz, el egoísmo amargo se convertirá en deseos de hacer feliz a los demás y aparecerá un trozo de cielo.

El Dios de todo consuelo. Meditaciones para cada día del año.

B. Schlink

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