CARTA PARA EL VERANO



Queridos amigos.
Este verano os invito a vivir el gozo de la amistad, con Jesús y con los otros, a buscar la verdad y la caridad, a dejar que entre aire fresco en vuestras vidas.
Jesús dijo: “vosotros sois mis amigos”. Fue en la noche de la última cena, cuando les abrió su corazón y les dio su vida entregada.
Nosotros tenemos el gozo de ser los amigos de  Jesús ahora. Y por esta amistad brota entre nosotros una amistad imborrable. En este verano os invito a vivir el gozo de la amistad con Jesús y con los otros.
El tiempo de verano, con los niños y los nietos en casa y con las familias que nos visitan, es tiempo de comunicación, de escucha y de atención a lo interior. Pero el tiempo de verano para las personas mayores puede ser tiempo de mayor soledad. Para muchos este tiempo, de verano no es tiempo de descanso sino que sigue siendo “un tiempo de ir tirando”.
Los que están colocados en los límites de nuestra economía experimentan las carencias morales de nuestra sociedad. No somos capaces moralmente de hacer  mejor las cosas. Y es que estamos necesitados de verdad y de caridad.
Si no cerramos los ojos y buscamos la verdad nos daremos cuenta del aumento de la desigualdad que ha provocado la crisis económica. Estas diferencias se superarán si hay personas justas. Personas convencidas de que “el don de sí mismo” creará un desarrollo integral, un desarrollo en toda la persona y en todas las personas. El verano es un buen tiempo para hablar de la verdad, de toda la verdad de la economía. Porque a veces esta verdad está oculta y podíamos dedicar un tiempo tranquilo a preguntarnos ¿Qué está pasando con la economía?, ¿Qué está pasando con la política? ¿Qué pasa con mi lugar de trabajo?
Este verano puede ser un buen tiempo para rehacer nuestro espíritu y capacitarnos para “tender puentes” buscar y realizar gestos de “comunión”. Esta comunión será a veces buscar la unión en la familia, en el lugar de trabajo, con los amigos…Los cristianos somos gente que buscamos el bien común. Y así estamos dispuestos a hacer algo por otros.  La Iglesia ha de ser la escuela en la que aprendamos a hacer algo por los débiles, en su cuerpo o en su espíritu
Este verano es un buen tiempo para dejar que entre “aire fresco” en nuestra vida. Tenemos el peligro de ajustarnos a nuestro ambiente y a nuestro pensar. Volver a leer tranquilamente el Evangelio provoca en nosotros impulsos espirituales. Os invito a leer la Exhortación del Papa Francisco. El gozo del Evangelio. No es necesario leerla de un tirón. Podéis mirar el índice e ir eligiendo aquello que os parezca más significativo.

Antonio





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