BIENAVENTURANZAS DE LA FAMILIA

   Felices quienes han disfrutado de una familia cálida, acogedora, cordial, alegre y desprendida, comprensiva, porque serán continuadores de su ejemplo.

   Felices quienes mantienen siempre en su familia un espíritu de diálogo, de libertad, de responsabilidad compartida, de crecimiento personal de cada uno de sus integrantes.

   Felices quienes recuerdan siempre el ejemplo de sus padres, de su dedicación, su trabajo desinteresado, para recrearlo en la familia que crearán más tarde.

   Felices quienes han aprendido de su familia que muchas veces hay que decir no para afirmar un carácter de fortaleza, de esfuerzo, de entrega, de agradecimiento.

   Felices quienes han disfrutado de juegos, alegrías y dificultades, risas y sorpresas, numerosos momentos de intimidad y sencilla cotidianidad.

   Felices quienes han aprendido que la familia no les aprisiona, ni cercena su visión de la vida, ni sus aspiraciones, sino que es el lugar desde donde se anima a recorrer el sendero de la libertad.

   Felices quienes, abiertos sus ojos al mundo que les rodea, ven que no hay un único tipo de familia, se muestran tolerantes y saben apreciar lo positivo que hay en esta pluralidad, y están felices de que así sea.

   Felices quienes superan la visión de familia en la que nacieron o han creado posteriormente, y amplían su idea de familia a quienes comparten con ellos el compromiso con otro mundo más fraterno, a quienes peor lo pasan en nuestro mundo, a la Tierra entera con todo lo que contiene, y la aceptan como su Gran Familia sin fronteras.

Miguel Ángel Mesa Bouzas.

   “Señor Jesucristo, cuando se acercaba la hora de tu pasión, oraste por los que serían tus discípulos hasta el fin de los tiempos, para que todos fuesen uno, tal como Tú estás en el Padre, y el Padre en ti.

   Derriba los muros de separación que dividen entre si a los grupos y confesiones de cristianos.

   Enseña a todos que la sede de san Pedro, la santa Iglesia de Roma, es el fundamento, el centro y el instrumento de unidad. Abre los corazones a la verdad tanto tiempo olvidada, de que nuestro santo Padre, el papa, es vicario y representante tuyo; de manera que, así como hay solamente una comunidad en el cielo, haya también una sola comunión que confiese y glorifique tu santo nombre aquí en la tierra”.

Beato John Henry Newman.
 
Antonio

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