Hijo Pródigo


Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682)

A la espera de que tengamos un nuevo Santo Padre (hace unos minutos tuvimos "Fumata Negra"); vamos a recordar la lectura del pasado domingo: El regreso del hijo pródigo, una de las más importantes del los evangelios por su profundo significado.
Oramos desde este blog para que el nuevo Pontífice sea un sucesor de Pedro, que pueda gobernar el timón de la barca de la Iglesia con la misericordia que nos muestra el escrito.


Este cuadro forma parte de una serie sobre el hijo pródigo, que incluyen la despedida, la vida licenciosa de este hijo, su mala situación, la vuelta y arrepentimiento.
En el vemos toda la descripcion de la parábola que contó Jesus a sus discípulos sobre la vuelta de este hijo descarriado ( San Lucas 15,1-3. 11-32)
La pintura del artista sevillano, contiene todos los elementos de la misma: el joven arrodillado junto a su padre, presenta las ropas rotas y ajadas, los pies desnudos y sucios; juntando sus manos implora el perdón de su padre vestido con una rica capa roja, que le abraza generosamente mostrando en su cara la indulgencia del momento.
A su izquierda, un labrador y un niño, que sonrie, como si el también participara de la celebración; llevan el ternero cebado para la próxima comida de celebración por su retorno.
A la derecha dos criados, hablando, llevan los vestidos limpios y nuevos para que el joven llegado pueda cambiar de aspecto, tal y como nos dice la escritura: " sacad enseguida el mejor traje y vestidlo..."
Completan la escena otros personajes que aparecen detrás, una mujer, acaso una criada, y otro niño pequeño que mira a los sirvientes; y más al fondo, en la oscuridad (aquí el artista nos muestra la intención catequética, en la cara del hijo primogénito, que no comparte la alegría de la vuelta de su hermano: " El se indignó y se negaba a entrar ....."
Murillo nos completa la imagen con ese perrito, pequeño, de blanco, que salta al volver a ver al hijo pródigo, participando de la alegría del padre.


Manuel



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