FE Y NUEVA EVANGELIZACIÓN
“Iglesia de puertas abiertas no solo para recibir sino
fundamentalmente para salir y llenar de evangelio la calle y la vida de los
hombres de nuestro tiempo”. (1 octubre 2012)
José Juan Becerro Rodríguez
Nueva evangelización: “Dios vive en la ciudad y la Iglesia vive en la ciudad. La misión no se
opone a tener que aprender de la ciudad –de sus culturas y de sus cambios- al
mismo tiempo que salimos a predicarle el evangelio. Y esto es fruto del
evangelio mismo, que interactúa con el terreno en el que cae como semilla. No
solo la ciudad moderna es un desafío sino que lo ha sido, lo es y lo será toda
ciudad, toda cultura, toda mentalidad y todo corazón humano”. (25 agosto 2011)
Peligro de perderse en lo mundano: “El peor daño que puede pasar a la Iglesia: caer en la mundanidad
espiritual […] Esa mundanidad espiritual de hacer lo que queda bien, de ser
como los demás, de esa burguesía del espíritu, de los horarios, de pasarla
bien, del estatus”. (2 septiembre 2012)
Año de la fe: “Cuando no se transita por la puerta de la Fe, la puerta se cierra, la
Iglesia se encierra, el corazón se repliega y el miedo y el mal espíritu
‘avinagran’ la Buena Noticia. Cuando el Crisma de la Fe se reseca y se pone
rancio, el evangelizador ya no contagia sino que ha perdido su fragancia,
constituyéndose muchas veces en causa de escándalo y de alejamiento para muchos.
El que cree es receptor de aquella bienaventuranza que
atraviesa todo el Evangelio y que resuena a lo largo de la historia, ya en
labios de Isabel: ‘Feliz de ti por haber creído’, ya dirigida por el mismo
Jesús a Tomás: ‘¡Felices los que creen sin haber visto!’” (9 junio 2012)
“Atravesar esa puerta supone emprender un camino que
dura toda la vida mientras avanzamos delante de tantas puertas que hoy en día
se nos abren, muchas de ellas puertas falsas, puertas que invitan de manera muy
atractiva pero mentirosa a tomar camino, que prometen una felicidad vacía,
narcisista y con fecha de vencimiento; puertas que nos llevan a encrucijadas en
las que, cualquiera sea la opción que sigamos, provocarán a corto o largo plazo
angustia y desconcierto” (1 octubre 2012)
FAMILIA
Matrimonio gay: “Está en juego la identidad, y la supervivencia de la
familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán
discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se
diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de
Dios, grabada además en nuestros corazones. No seamos ingenuos: no se trata de
una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se
trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento) sino de una
‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos
de Dios”. (8 julio 2010)
Aborto: “El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar,
acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas:
respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden
preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda
de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”. (16 septiembre 2012)
Individualismo: “La puerta cerrada es todo un símbolo de este hoy. Es algo más que un
simple dato sociológico; es una realidad existencial que va marcando un estilo
de vida, un modo de pararse frente a la realidad, frente a los otros, frente al
futuro. La puerta cerrada de mi casa, que es el lugar de mi intimidad, de mis
sueños, mis esperanzas y sufrimientos así como de mis alegrías, está cerrada
para los otros. Y no se trata solo de mi casa material, es también el recinto
de mi vida, mi corazón. Son cada vez menos los que pueden atravesar ese umbral.
La seguridad de unas puertas blindadas custodia la inseguridad de una vida que
se hace más frágil y menos permeable a las riquezas de la vida y del amor de
los demás”. (1 octubre 2012)
SOCIEDAD
El relativismo y el poder, dos
tentaciones para la política: “Esta ‘locura’ del mandamiento del amor que propone el Señor y nos defiende
en nuestro ser aleja también las otras “locuras” tan cotidianas que mienten y
dañan y terminan impidiendo la realización del proyecto de Nación: la del
relativismo y la del poder como ideología única. El relativismo que, con la
excusa del respeto de las diferencias, homogeniza en la transgresión y en la
demagogia; todo lo permite para no asumir la contrariedad que exige el coraje
maduro de sostener valores y principios. El relativismo es, curiosamente,
absolutista y totalitario, no permite diferir del propio relativismo, en nada
difiere con el “cállese” o “no te metas”. El poder como ideología única es otra
mentira. Si los prejuicios ideológicos deforman la mirada sobre el prójimo y la
sociedad según las propias seguridades y miedos, el poder hecho ideología única
acentúa el foco persecutorio y prejuicioso de que “todas las posturas son
esquemas de poder” y “todos buscan dominar sobre los otros”. De esta manera se
erosiona la confianza social que, como señalé, es raíz y fruto del amor”. (25
mayo 2012)
Justicia social: “La justicia es la que alegra el corazón: cuando hay para todos, cuando
uno ve que hay igualdad, equidad, cuando cada uno tiene lo suyo. Cuando uno ve
que alcanza para todos, si es bien nacido, siente una felicidad especial en el
corazón […] Qué despreciable en cambio el que atesora solo para su hoy, el que
tiene un corazón chiquito de egoísmo y solo piensa en manotear esa tajada que
no se llevará cuando se muera. Porque nadie se lleva nada. Nunca vi un camión
de mudanza detrás de un cortejo fúnebre. Mi abuela nos decía: la mortaja no
tiene bolsillos“. (7 agosto 2012)
“Porque aquí en Luján [santuario mariano], a cada
peregrino se le recibe y se le escucha. Y ser recibidos y escuchados es un gran
acto de justicia […] Y por eso surge esta necesidad de ser más hermanos,
ocuparnos más y mejor unos de otros. Esto ya es ser justos. Aquí en Luján
aprendemos a ser personas justas, porque con el corazón sereno y perdonado, nos
llenamos del amor de Dios, por eso la mirada es mucho más profunda. Es mirar la
vida desde Dios, es mirar la vida con Dios, que es El justo, el gran Justo”. (6
octubre 2012)
Desencanto: “El desencanto tiene una dimensión escatológica. Ataca indirectamente,
poniendo entre paréntesis toda actitud definitiva y, en su lugar, propone esos
pequeños encantamientos que hacen de “islas” o de “tregua” frente a la falta de
esperanza ante la marcha del mundo en general. De ahí que la única actitud
humana para romper encantamientos y desencantos es situarnos ante las cosas
últimas y preguntarnos: en esperanza ¿vamos de bien en mejor subiendo o de mal
en peor bajando? Y surge entonces la duda. ¿Podemos responder? ¿Tenemos, como
cristianos, la palabra y los gestos que marquen el rumbo de la esperanza para
nuestro mundo?” (8 mayo 2011)
Trata de personas: “Hoy en esta Ciudad queremos que se oiga el grito, la pregunta de Dios:
¿Donde está tu hermano? (…) Quizá alguno pregunte: ¿Qué hermano? ¿Dónde está tu
hermano esclavo? ¿El que estás matando todos los días en el taller clandestino,
en la red de prostitución, en las ranchadas de los chicos que usás para
mendicidad, para “campana” de distribución de droga, para rapiña y para
prostituirlos…? ¿Dónde está tu hermano el que tiene que trabajar casi de
escondidas de cartonero porque todavía no ha sido formalizado… ¿Dónde está tu
hermano? Y frente a esa pregunta podemos hacer, como hizo el sacerdote que pasó
al lado del herido, hacernos los distraídos; como hizo el levita, mirar para
otro lado porque no es para mí la pregunta sino que es para otro. ¡La pregunta
es para todos! ¡Porque en esta Ciudad está instalado el sistema de trata de
personas, ese crimen mafioso y aberrante!” (25 septiembre 2012)
ACCIÓN DE LA IGLESIA
En una entrevista con Andrea Tornielli para Vatican Insider (24-02-2012), Bergoglio daba algunas ideas sobre la acción de la Iglesia.
Salir a la calle: Si la Iglesia permanece encerrada en sí misma,
auto-referencial, envejece. Entre una Iglesia accidentada que sale a la calle y
una Iglesia enferma de autoreferencialidad, no tengo ninguna duda: prefiero la
primera.
[En Buenos Aires] Buscamos el contacto con las
familias que no frecuentan la parroquia. En lugar de ser solo una Iglesia que
acoge y que recibe, tratamos de ser una Iglesia que sale de sí misma y que va
hacia los hombres y las mujeres que no la frecuentan, que no la conocen, que se
han ido, indiferentes. Organizamos misiones en las plazas públicas, en las que
se reúne mucha gente: rezamos, celebramos la misa, proponemos el bautismo que
administramos tras una breve preparación. Es el estilo de las parroquias y de
la misma diócesis. Además de esto, tratamos de llegar a las personas que se
encuentran lejos mediante los medios digitales, la red y los mensajes cortos.
Servir: El cardenalato es un
servicio, no es un honor para enorgullecerse. La vanidad, el alardeo, son una
actitud espiritualidad mundana, que es el peor pecado de la Iglesia. (…) El
arribismo, la búsqueda del éxito, pertenecen plenamente a esta espiritualidad
mundana.
Escándalos: Es una invitación para ver a la Iglesia santa y pecadora, a ver ciertas
faltas y ciertos pecados sin perder de vista la santidad de tantos hombres y de
tantas mujeres que actúan en la Iglesia de hoy. No debo escandalizarme porque
la Iglesia es mi madre: debo ver los pecados y las faltas como si viera los
pecados y las faltas de mi mamá. Y cuando me acuerdo de ella, recuerdo sobre
todo muchas cosas bellas y buenas que hizo, no tanto de las faltas o de sus
defectos. Una madre se defiende con el corazón lleno de amor, antes de usar la
palabra. Me pregunto si en el corazón de muchos de los que entran en esta
dinámica de los escándalos habrá amor por la Iglesia.
La Curia Romana. Yo la veo y la vivo como
un organismo de servicio, un organismo que me ayuda y me sirve. A veces llegan
noticias no tan buenas, a menudo ampliadas y a veces manipuladas con
amarillismo. (…) La Curia romana tiene defectos, pero me parece que se subraya
demasiado el mal y demasiado poco la santidad de tantísimas personas consagradas
y laicas que trabajan allí.
José Juan Becerro Rodríguez
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