Visión de Isaías

Rafael de Sanzio, 1483 - 1520
Galeria Palatina, Palacio Pitti, Florencia


La visión esta recogida en el libro de Ezequiel, 1, 4 -12; e inspira la visión del capítulo cuarto del Apocalipsis (ap, 4, 6-8).

Rafael fue hijo de un modesto pintor; nacido en Urbino. Después marcho a Perugia, donde en el taller de Pietro Vannucci ( Perugino), completó su formación artística. También conoció la obra de Leonardo en un viaje que realizó hacia 1504.
En 1508, fue llamado por el papa Julio II para trabajar en el Palacio Vaticano.
En su obra vemos también la evolución del artista, desde su clasicismo inicial, hasta su etapa manierista y la influencia de Miguel Angel.


De esta etapa ultima es su obra "Visión de Ezequiel".

Sobre un fondo iluminado, tenemos la figura Todopoderosa de Cristo, que es elevado en por ángeles, desprovisto de todo ornamento; solo una túnica roja que le cubre cintura y pies, dejando el torso desnudo, en el que vemos un gran estudio anatómico por parte del artista.
Cristo está entronizado sobre el Tetramorfos (simbología de los cuatro evangelistas): San Mateo como ángel, San Marcos como león, San Lucas como toro y San Juan como águila. Los cuatro alados pero sin el libro de cada uno.

En la parte inferior un pequeño paisaje que es suficiente para dar la profundidad a la escena. Las figuras y rostros están alejados de toda idealización y nos recuerdan al Miguel Angel de la Capilla Sixtina.

En las lecturas simbólicas de San Ireneo, san Jerónimo y San Gregorio, tenemos la identificación del porque han pasado a nosotros los evangelistas con estas figuras:
- San Mateo se identifica con el ángel, pues su evangelio de adentra en la naturaleza humana de Cristo.
- San Marcos con el león, pues su narración comienza con la predicación de San Juan Bautista en el desierto; y es aquí donde este animal es el  rey absoluto según ideas de la Edad Media.
- San Lucas, con el toro, pues su evangelio comienza con los sacrificios y holocaustos; y es este animal también uno de los más ofrecidos.
- San Juan, con el águila, pues su narración es la más elevada desde el punto de vista teológico.


Fuente: Magnificat nº 97
Manuel

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