Con frecuencia aparece desde los primeros tiempos en las catacumbas romanas el símbolo de un pez.
Se trataba de un signo secreto empleado por los cristianos, que de esta forma dejaban un testimonio de su fé en las tumbas de sus seres queridos enmedio de las terribles persecuciones que sufrieron.
En efecto, si separamos la palabra IXZYS (pez), letra por letra, resultaban las iniciales de las palabras griegas correspondientes a "Jesús, Cristo, de Dios, Hijo y Salvador".
Hagamos nuestra aquella confesión de fe martirial de nuestros primeros hermanos en la fe:
Jesucristo, Hijos de Dios y Salvador.
Manuel
Fuente: Magnificat nº 109
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